lunes, 5 de octubre de 2015

Canción " Santa Marta" de Larbanois - Carrero.



Letra

Santa Marta era una villa 
de malvón y rosaleda, 
laureles en la vereda 
y plaza con catedral. 
La gente se saludaba 
y había noches de retreta 
con muchachos en la vuelta 
y banda municipal. 

Las ventanas no tenían reja 
y nadie pasaba cerrojo a la puerta 
y en los mediodías la ciudad desierta 
invitaba a largas tertulias y siestas. 
No había velorio, casamiento o yerra 
que no fuera duelo nacional o fiesta 
en aquel lugar. 
Santa Marta tenía domingos 
de asados y vino, de ruedas de amigos 
en noches de truco guitarreada y canto. 
En tardes de invierno fritando y mateando. 
La gente tenía más tiempo y podía 
compartir las cosas simples de la vida 
de aquella ciudad. 

El progreso poco a poco 
fue cambiando a Santa Marta: 
la televisión por cable 
y el acceso a la Internet. 
La gente se fue olvidando 
de sus cosas cotidianas 
ahora habla en otro idioma 
y vive en otro lugar. 

Santa Marta juega al primer mundo 
gracias a los shoppings y a las hamburguesas 
la comida rápida, la moda inglesa, 
se festeja Halloween ¡vaya sorpresa! 
pero nadie sale sin cerrar la puerta 
sálvese quien pueda se acabó la fiesta, 
la siesta y la paz. 

Santa Marta ahora está inundada 
de música diet, de tiendas extrañas 
y en quintas y campos nadie planta nada 
todo viene hecho y hay papa importada. 
Se persiguen cosas que a nadie interesa 
pero todo el pueblo pierde la cabeza 
si hay liquidación. 

Santa Marta está informada 
de la cumbre de Ginebra 
si la reina estuvo enferma 
o Palermo erró un penal. 
Todo el mundo vive al tanto 
de un millón de cosas nuevas 
pero ya nadie se entera 
lo que pasa en su ciudad. 

Y aunque es malo mantenerse aislado 
cuando todo el mundo está tan conectado 
si el diablo gobierna hay que tener cuidado 
la cultura nunca puede estar de lado 
no todo está en venta, no todo es mercado 
árbol sin raíces no aguanta parado 
ningún temporal.

El sujeto posmoderno y su relación con su smartphone


sábado, 22 de agosto de 2015

Profesora: Antonella Mármol Vila.
Asignatura: Filosofía y Crítica de los Saberes.
Curso: 4º año.


¿Hasta qué punto el lenguaje preforma el pensamiento?

Relevancia del lenguaje en la filosofía de Hans-Georg Gadamer
Selección de textos


   Texto Nº 1: El ser del lenguaje

 “El lenguaje no es un medio más que la conciencia utiliza para comunicarse con el mundo (…) El lenguaje no es un medio ni una herramienta. Porque la herramienta implica esencialmente que dominamos su uso, es decir, la tomamos en la mano y la dejamos una vez que ha ejecutado su servicio. No ocurre lo mismo cuando tomamos en la boca las palabras de un idioma y las dejamos después de su uso en el vocabulario general que tenemos a nuestra disposición. Esa analogía es errónea porque nunca nos encontramos ante el mundo como una conciencia que, en un estado a-lingüístico, utiliza la herramienta del consenso. El conocimiento de nosotros mismos y del mundo implica siempre el lenguaje, el nuestro propio. Crecemos, vamos conociendo el mundo, vamos conociendo a las personas y en definitiva a nosotros mismos a medida que aprendemos a hablar. Aprender a hablar no significa utilizar un instrumento ya existente para clasificar ese mundo familiar y conocido, sino que significa la adquisición de la familiaridad y conocimiento del mundo mismo tal como nos sale al encuentro.”

Gadamer, Hans-Georg; “Verdad y método II”; Capítulo XI:Hombre y   lenguaje;    Editorial Hermeneia.


   Texto Nº 2Relación entre lenguaje y pensamiento

“La duda radical es si podemos evadirnos del círculo mágico de nuestra educación lingüística, de nuestros hábitos lingüísticos y de nuestro modo de pensar mediado lingüísticamente (…)
Nadie negará que nuestro lenguaje ejerce una influencia en nuestro pensamiento. Pensamos con palabras. Pensar significa pensarse algo. Y pensarse algo significa decirse algo. En este sentido Platón conoció a la perfección la esencia del pensamiento cuando lo define como el diálogo interno del alma consigo misma (…) Es nuestra experiencia lingüística (…) la que abre y ordena el mundo en todos los ámbitos de la experiencia. Lo que nos ocurre en el lenguaje, nos ocurre también en nuestra propia orientación vital: estamos familiarizados con un mundo preformado y convencional. No hay ninguna frontera para el diálogo del alma consigo misma. Tal es la tesis que yo opongo a la sospecha de ideología lanzada contra el lenguaje.
Es, pues, la pretensión de universalidad del lenguaje lo que voy a defender con razones. Podemos convertir todo en lenguaje y podemos tratar de ponernos de acuerdo sobre todo.” 

Gadamer, Hans-Georg; “Verdad y método II”; Capítulo XV: ¿Hasta qué  punto el  lenguaje   preforma el pensamiento?; Editorial Hermeneia.


   Fragmentos: Interpretación y comprensión del mundo

“(…) el lenguaje es el medio universal en el que se realiza la comprensión misma. La forma de realización de la comprensión es la interpretación.”

“Todo comprender es interpretar, y toda interpretación se desarrolla en el medio de un lenguaje que pretende dejar hablar al objeto y es al mismo tiempo el lenguaje propio de su intérprete.”

 “El lenguaje no es sólo una de las dotaciones de que está pertrechado el hombre tal como está en el mundo, sino que en él se basa y se representa el que los hombres simplemente tengan mundo (…) esta existencia del mundo está constituida lingüísticamente.”

“(…) el lenguaje sólo tiene su verdadera existencia en el hecho de que en él se representa el mundo.”

Gadamer,  Hans-Georg;  “Verdad y método”;   Capítulo IX: “La historicidad de la comprensión como principio hermenéutico”; Ediciones Sígueme; Salamanca; 1977.

viernes, 7 de agosto de 2015

Antropología filosófica - Ernst Cassirer

Prof. Antonella Mármol Vila.
Asignatura: Filosofía y Crítica de los Saberes.
Curso: 1º Bachillerato.


Selección de texto perteneciente al libro: “Antropología filosófica”
Autor: Ernst Cassirer.


“El hombre, como si dijéramos, ha descubierto un nuevo método para adaptarse a su ambiente. Entre el sistema receptor y el efector, que se encuentran en todas las especies animales, hallamos en él como eslabón intermedio algo que podemos señalar como sistema “simbólico”. Esta nueva adquisición transforma la totalidad de la vida humana. Comparado con los demás animales el hombre no sólo vive en una realidad más amplia sino, por decirlo así, en una nueva dimensión de la realidad. Existe una diferencia innegable entre las reacciones orgánicas y las respuestas humanas. En el caso primero, una respuesta directa e inmediata sigue al estímulo externo, en el segundo la respuesta es demorada, es interrumpida y retardada por un proceso lento y complicado de pensamiento. A primera vista semejante demora podría parecer una ventaja bastante equívoca; algunos filósofos han puesto sobre aviso al hombre acerca de este pretendido progreso. El hombre que medita, dice Rousseau, “es un animal depravado”: sobrepasar los límites de la vida orgánica no representa una mejora de la naturaleza humana sino su deterioro.
Sin embargo, ya no hay salida de esta reversión del orden natural. El hombre no puede escapar de su propio logro, no le queda más remedio que adoptar las condiciones de su propia vida; ya no vive solamente en un puro universo físico sino en un universo simbólico. El lenguaje, el mito, el arte y la religión constituyen partes de este universo, forman los diversos hilos que tejen la red simbólica, la urdimbre complicada de la experiencia humana. Todo progreso en pensamiento y experiencia afina y refuerza esta red. El hombre no puede enfrentarse ya con la realidad de un modo inmediato; no puede verla, como si dijéramos, cara a cara. La realidad física parece retroceder en la misma proporción que avanza su actividad simbólica. En lugar de tratar con las cosas mismas, en cierto sentido, conversa constantemente consigo mismo. Se ha envuelto en formas lingüísticas, en imágenes artísticas, en símbolos míticos o en ritos religiosos, en tal forma que no puede ver o conocer nada sino a través de la interposición de este medio artificial. Su situación es la misma en la esfera teórica que en la práctica. Tampoco en ésta vive en un mundo de crudos hechos o a tenor de sus necesidades y deseos inmediatos. Vive, más bien, en medio de emociones, esperanzas y temores, ilusiones y desilusiones imaginarias, en medio de sus fantasías y de sus sueños. “Lo que perturba y alarma al hombre —dice Epicteto—, no son las cosas sino sus opiniones y figuraciones sobre las cosas.”

Cassirer, E.; “Antropología filosófica”; F.C.E.; México; 1963.


lunes, 1 de junio de 2015

– Características y diferencias entre filosofía y ciencia –


Filosofía:

                Ø  Es una concepción racional sobre el universo y la vida.

Ø  Aspira a la verdad y al conocimiento, por ello estudia el universo de forma integral.

Ø  Problematiza todo. Sus preguntas son más esenciales que sus respuestas y toda respuesta se convertirá en una nueva pregunta.

Ø  No tiene resultados universalmente válidos, no hay unanimidad en cuanto a la explicación de sus problemas, ya que incluye concepciones diversas, muy variadas.

Ø  Aspira a la sabiduría, sin importar la utilidad práctica que de ella resulte.

Ø  Sus teorías no son controladas mediante observaciones y son neutrales respecto a hechos particulares.

Ø  Su objeto de estudio es identificado a partir de problemas fundamentales.

Ø  Es un saber universal.

Ciencia:

v  Es el estudio de un sector de la realidad.

v  Son conocimientos especializados y se diferencian por su objeto de estudio.

v  Lo más importante son sus resultados, es decir sus conclusiones y las leyes que permiten establecer.

v  Tiene resultados universalmente aceptados. Tiene que haber unanimidad en torno a las leyes generales que permiten explicar los hechos que estudian.

v  Presta especial atención a la descripción, explicación y regularidad de los fenómenos estudiados.

v  Puede dividirse en su parte teórica y su parte práctica, en la cual cuenta sobre todo, la utilidad de los conocimientos obtenidos.

v  Somete a prueba sus conclusiones mediante la experimentación.

v  Su objeto de estudio es concreto, por lo cual se dice que es un saber especializado (limita su campo de estudio).

martes, 12 de mayo de 2015

“El existencialismo es un humanismo” - Jean Paul Sartre.

Prof. Antonella Mármol Vila.
Asignatura: Filosofía y Crítica de los Saberes.
Curso: 1º Bachillerato.

Selección de fragmentos de texto pertenecientes a la obra:

“El existencialismo es un humanismo” de Jean Paul Sartre.


La existencia precede a la esencia
Consideremos un objeto fabricado, por ejemplo un libro o un cortapapel. Este objeto ha sido fabricado por un artesano que se ha inspirado en un concepto; se ha referido al concepto de cortapapel, e igualmente a una técnica de producción previa que forma parte del concepto, y que en el fondo es una receta. Así, el cortapapel es a la vez un objeto que se produce de cierta manera y que, por otra parte, tiene una utilidad definida, y no se puede suponer un hombre que produjera un cortapapel sin saber para qué va a servir ese objeto.

Visión técnica del mundo
Diríamos entonces que en el caso del cortapapel, la esencia es decir, el conjunto de recetas y de cualidades que permiten producirlo y definirlo precede a la existencia; y así está determinada la presencia frente a mí de tal o cual cortapapel, de tal o cual libro. Tenemos aquí, pues, una visión técnica del mundo, en la cual se puede decir que la producción precede a la existencia.
Al concebir un Dios creador, este Dios se asimila la mayoría de las veces a un artesano superior; (…) Dios, cuando crea, sabe con precisión lo que crea. Así el concepto de hombre, en el espíritu de Dios, es asimilable al concepto de cortapapel en el espíritu del industrial.

El existencialismo ateo
El existencialismo ateo que yo represento (…) Declara que si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre (…) El hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define.

El hombre es lo que él se hace
El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia (…) el hombre no es otra cosa que lo que él se hace… éste es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser.

El hombre es plenamente responsable
(…) el hombre es responsable de lo que es. Así, el primer paso del existencialismo es poner a todo hombre en posesión de lo que es, y asentar sobre él la responsabilidad total de su existencia. Y cuando decimos que el hombre es responsable de sí mismo, no queremos decir que el hombre es responsable de su estricta individualidad, sino que es responsable de todos los hombres.

La elección
Cuando decimos que el hombre se elige, entendemos que cada uno de nosotros se elige, pero también queremos decir con esto que, al elegirse, elige a todos los hombres. En efecto, no hay ninguno de nuestros actos que, al crear al hombre que queremos ser, no cree al mismo tiempo una imagen del hombre tal como consideramos que debe ser.


El hombre se elige eligiendo a todos los hombres
Así, nuestra responsabilidad es mucho mayor de lo que podríamos suponer, porque compromete a la humanidad entera. Si soy obrero, y elijo adherirme a un sindicato cristiano en lugar de ser comunista; si por esta adhesión quiero indicar que la resignación es en el fondo la solución que conviene al hombre, que el reino del hombre no está en la tierra, no comprometo solamente mi caso: quiero ser un resignado para todos; en consecuencia, mi proceder ha comprometido a la humanidad entera.

Compromete a toda la humanidad
Y si quiero hecho más individual casarme, tener hijos, aun si mi casamiento depende únicamente de mi situación, o de mi pasión, o de mi deseo, con esto no me encamino yo solamente, sino que encamino a la humanidad entera en la vía de la monogamia. Así soy responsable para mí mismo y para todos, y creo cierta imagen del hombre que yo elijo; eligiéndome, elijo al hombre.
Esto permite comprender lo que se oculta bajo palabras un tanto grandilocuentes como angustia, desamparo, desesperación.

La angustia
El existencialista suele declarar que el hombre es angustia. Esto significa que el hombre que se compromete y que se da cuenta de que es no sólo el que elige ser, sino también un legislador, que elige al mismo tiempo que a sí mismo a la humanidad entera, no puede escapar al sentimiento de su total y profunda responsabilidad. Ciertamente hay muchos que no están angustiados; pero nosotros pretendemos que se enmascaran su propia angustia, que la huyen; en verdad, muchos creen al obrar que sólo se comprometen a sí mismos, y cuando se les dice: pero ¿si todo el mundo procediera así? se encogen de hombros y contestan: no todo el mundo procede así. Pero en verdad hay que preguntarse siempre: ¿qué sucedería si todo el mundo hiciera lo mismo? Y no se escapa uno de este pensamiento inquietante sino por una especie de mala fe.

Angustia y mala fe
El que miente y se excusa declarando: todo el mundo no procede así, es alguien que no está bien con su conciencia, porque el hecho de mentir implica un valor universal atribuido a la mentira. Incluso cuando la angustia se enmascara, aparece (…) Todo ocurre como si, para todo hombre, toda la humanidad tuviera los ojos fijos en lo que hace y se ajustara a lo que hace. Y cada hombre debe decirse: ¿soy yo quien tiene derecho de obrar de tal manera que la humanidad se ajuste a mis actos?

Angustia y responsabilidad
Esta especie de angustia (…) se explica además por una responsabilidad directa frente a los otros hombres que compromete. (…) Y cuando se habla de desamparo (…) queremos decir solamente que Dios no existe, y que de esto hay que sacar las últimas consecuencias.

La moral laica
No está escrito en ninguna parte que el bien exista, que haya que ser honrado, que no haya que mentir; puesto que precisamente estamos en un plano donde solamente hay hombres (…) todo estaría permitido. Este es el punto de partida del existencialismo. En efecto, todo está permitido si Dios no existe y, en consecuencia, el hombre está abandonado, porque no encuentra ni en sí ni fuera de sí una posibilidad de aferrarse. No encuentra ante todo excusas. Si, en efecto, la existencia precede a la esencia, no se podrá jamás explicar la referencia a una naturaleza humana dada y fija; dicho de otro modo, no hay determinismo, el hombre es libre, el hombre es libertad.

El hombre es libertad
Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo, y sin embargo, por otro lado, libre, porque una vez arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace.


Sartre, J.P.; “El existencialismo es un humanismo”; Editorial Técnica S.R.L.; Montevideo; 2001.

“Pensamientos” - Blaise Pascal.

Prof. Antonella Mármol Vila.
Asignatura: Filosofía y Crítica de los Saberes.
Curso: 1º Bachillerato.

Selección de fragmentos de texto perteneciente al libro: “Pensamientos”
Autor: Blaise Pascal.

La grandeza del hombre es grande, porque el hombre conoce su miseria. Un árbol no conoce su miseria. Es, pues, ser miserable el hecho de sentirse miserable, pero es ser grande el hecho de conocer que se es miserable. Tales miserias no provienen sino de la grandeza misma. Son miserias de gran señor, de rey desposeído.
El hombre no es más que un junco, el más débil de la naturaleza, pero un junco que piensa. No es necesario que el Universo entero se arme para aplastarle. Un vapor, una gota de agua, son bastante para hacerlo perecer. Pero, aun cuando el Universo le aplastara, el hombre sería más noble que lo que le mata, porque él sabe que muere. Y la ventaja que el Universo tiene sobre él, el Universo no la conoce.
(…) por el espacio el Universo me comprende y me contiene, como un punto; por el entendimiento, yo lo comprendo a él.
Yo puedo concebir un hombre sin manos, pies, cabeza, porque sólo la experiencia puede enseñarnos que la cabeza es más necesaria que los pies; pero no puedo concebir un hombre sin pensamiento: sería una piedra o un animal.
Es, pues, el pensamiento, lo que hace el ser del hombre, sin lo cual no puede ser concebido. ¿Qué es lo que siente placer en nosotros? ¿La mano? ¿El brazo? ¿La carne? ¿La sangre? Vése cómo es preciso que sea algo inmaterial.
El hombre está visiblemente construido para pensar: esto es toda su dignidad y todo su mérito y todo su deber consiste en pensar como es debido; y el orden del pensamiento es empezar por sí mismo, y por su autor y su fin.
Pero ¿en qué piensan las gentes? Jamás en esto, sino en danzar, tocar el laúd, cantar, hacer versos, correr sortijas, construir seres y hacerse rey sin pensar en qué consiste el ser rey y el ser hombre.
Nada puede hacernos entrar en la miseria de los hombres tanto como considerar la causa verdadera de la perpetua agitación en que pasan la vida.
El alma es arrojada al cuerpo, para residir en él durante poco tiempo. Ella sabe que esto no es más que un tránsito para el viaje eterno y que tiene el poco tiempo que dura la vida para prepararse a éste. Del poco tiempo aún las necesidades de la vida le toman una buena parte. Le queda poquísimo de qué disponer. Pero este poquísimo que le queda le incomoda tanto (…) que no piensa sino en perderlo. Es para ella una pena insoportable estar obligada a vivir a solas y pensar en sí misma. Así, lo que procura es olvidarse de sí, y dejar volar este tiempo tan corto y tan precioso sin reflexionar, ocupándose en cosas que le impidan pensar en su fin.
Este es el origen de todas las ocupaciones (…) de los hombres y de todo aquello que se llama diversión o pasatiempo, porque el objeto de estas cosas es, en efecto, pasar el tiempo sin sentirlo, o mejor, sin sentirse uno mismo, y evitar, perdiendo una parte de la vida, la amargura y el disgusto interior que acompañarían necesariamente la atención que uno consagraría a sí mismo durante este tiempo. El alma no encuentra nada en sí misma que la contente; no ve nada que no le aflija cuando piensa en ello, lo que le obliga a esparcirse en lo exterior, buscando por su aplicación a las cosas exteriores la manera de perder el recuerdo de su estado verdadero. Su gozo consiste en el olvido, y basta, para hacerle desdichado, obligarle a estar a solas consigo misma.
Cosa peligrosa es hacer ver con exceso al hombre cómo es semejante a las bestias, sin mostrarle su grandeza a la vez. Pero aún es más peligroso hacerle ver demasiado su grandeza sin su bajeza. Y aún lo es más dejarle ignorar lo uno y lo otro. Pero es muy útil imponerle de lo uno y de lo otro.
No es bueno que el hombre se crea igual a las bestias ni (que crea que es igual) a los ángeles, ni que ignore lo uno y lo otro; sino que sepa lo uno y lo otro.
           

Pascal, B.; “Pensamientos”; Editorial Losada; Bs.As.; 1977.

“El hombre sin teoría” - Francisco Miró Quesada.

Prof. Antonella Mármol Vila.
Asignatura: Filosofía y Crítica de los Saberes.
Curso: 1º Bachillerato.


Texto: “El hombre sin teoría”
Autor: Francisco Miró Quesada.


“Cuando Hitler se enteró del resultado de las investigaciones de un famoso biólogo alemán sobre la composición de la sangre de los judíos lo mandó llamar y le dijo que no podía ser cierto. Pero el biólogo le aseguró que todos los análisis le habían conducido al mismo resultado: la sangre de los semitas era igual a la de los germanos. El biólogo fue subrogado de su cargo universitario. No se volvió a hablar más de él. Pero tuvo la conciencia de que había terminado su carrera, cumpliendo un inmenso destino: demostrando que las teorías nazis sobre la superioridad racial de los germanos eran falsas.
El biólogo alemán se atrevió a demostrar que una teoría sobre el hombre era falsa y fue víctima de su audacia y de su amor por la verdad. No fue la primera víctima. Muchos son los que a través de la historia se han atrevido a mostrar la falsedad de una teoría sobre el hombre y han desencadenado el furor de sus contemporáneos, de todos ellos, o de un grupo, o de uno solo. (...) Cuando se destruye una teoría sobre el hombre se disuelven todos los órdenes posibles, se desmorona el universo, se hunde el suelo que se pisa. Porque en último término, todo lo que el hombre sabe y espera del universo, todo lo que el hombre cree, depende de la manera como se ve a sí mismo. El hombre no puede concebir nada sino a través de su propia concepción. Por eso no puede perdonar a quién de un plumazo cancela todo lo que cree o quiere creer sobre sí mismo. Porque le quitan su tierra firme. Y nada lo aterra más que dejar lo que con tanto trabajo ha construido y volver a ser un náufrago en el oscuro ‘mare tenebrosum’.”

Miró Quesada, F.[i]; “El hombre sin teoría”; Lima, Universidad. Mayor de San Marcos; 1954.



            Reflexiona sobre lo expresado en el texto y responde:

  1. ¿Por qué consideras que la investigación del biólogo alemán generó tal reacción en Hitler?

  1. ¿Por qué Miró Quesada argumenta que cuando se destruye una teoría sobre el hombre se desmorona el universo?

  1. ¿Encuentras alguna relación entre el título del texto y la idea del hombre entendido como un náufrago en el oscuro mar tenebroso?







[i] Politólogo, jurista, escritor y periodista peruano (1948-      )

jueves, 30 de abril de 2015

                               Película "Antes de partir

                                            Preguntas:

1. ¿Qué significado le dan a la muerte Edward y Carter?

2. ¿Se observa la situación límite de la culpa? ¿Cuándo?

3. Respecto al problema de la existencia de Dios ¿Cómo lo aborda cada uno?

4. ¿En qué escenas aparecen, como situaciones límites, la historicidad y lo relativo a lo fáctico?  
     Explícalas.

5. ¿Cuándo identificamos el tema del azar?

lunes, 9 de marzo de 2015

¿Una posible forma de definir la filosofía? García Morente.

Prof. Antonella Mármol Vila.
Asignatura: Filosofía y Crítica de los Saberes.
Curso: 1º Bachillerato.


¿Una posible forma de definir la filosofía?



“La filosofía es, por de pronto, algo que el hombre hizo, que el hombre hace, que el hombre ha hecho. Lo primero que debemos intentar, pues, es definir ese “hacer” que llamamos filosofía. Deberemos por lo menos dar un concepto general de la filosofía. Pero esto es imposible. Es absolutamente imposible decir de antemano qué es filosofía. No se puede definir la filosofía antes de hacerla (…)

“Una ciencia, una disciplina, un hacer humano cualquiera, recibe su concepto claro, su noción precisa, cuando ya el hombre ha dominado ese hacer. La filosofía es lo que vamos a hacer ahora juntos ¿Qué quiere decir? Esto quiere decir que la filosofía más que otra disciplina necesita ser VIVIDA. Vivencia significa lo que tenemos realmente en nuestro ser psíquico, lo que real y verdaderamente estamos sintiendo, teniendo, en la plenitud de la palabra “tener”.

Voy a dar un ejemplo para comprender bien lo que es la “vivencia”. (…) Una persona puede estudiar minuciosamente el plano de París, estudiarlo muy bien, notar uno por uno los diferentes nombres de las calles, estudiar sus direcciones, luego estudiar los monumentos que hay en cada calle (…) Después este hombre procurará una visión de las perspectivas de París, mediante una serie de fotografías tomadas de múltiples puntos de vista. Puede llegar de esta manera a tener una idea regularmente clara, muy clara, clarísima, detalladísima de París. Esta idea podrá ir perfeccionándose cada vez más (…) pero siempre será una mera idea. En cambio veinte minutos de paseo a pie por París, son una VIVENCIA.
Entre veinte minutos de paseo a pie por una calle de París y la más larga y minuciosa colección de fotografías, hay un abismo. La una es una mera idea, una representación, un concepto, mientras que la otra es ponerse uno realmente en presencia del objeto.

Pues lo que nosotros vamos a hacer es VIVIR LA FILOSOFÍA.
En esta primera exploración, evidentemente no viviremos la totalidad de ese territorio que se llama filosofía, (…) viviremos realmente algunas de sus cuestiones, pero otras ni siquiera sabremos que existen quizá. Pero vivir, vivir la realidad filosófica es algo que no podremos hacer más que en un cierto número de cuestiones y desde ciertos puntos de vista. En ese momento, podremos formular alguna definición general de la filosofía, basada en esas auténticas vivencias que hayamos tenido hasta entonces.
En cambio una definición de filosofía, antes de haberla vivido, no puede tener sentido, resultaría ininteligible.”

García Morente, M. “Lecciones preliminares de filosofía”.