Profesora: Antonella Mármol Vila.
Asignatura: Filosofía.
Curso: 5º año
– Teoría del
Conocimiento –
Cuando en filosofía abordamos cuestiones referidas al
conocimiento humano, es importante comenzar por plantearnos ciertas
interrogantes a fin de indagar cuáles son aquellas nociones que tenemos
respecto del mismo. Ahora bien, ¿A qué
nos referimos cuando hacemos alusión ello? Pues bien, nos referimos
concretamente al hecho de realizarnos a nosotros mismos ciertas preguntas con
la finalidad de poner en cuestión la problemática del conocer, problemática que
tal vez antes de poner en duda las nociones sobre las cuales trabajaremos, no
había sido reconocida como tal.
A los efectos de descubrir qué ideas tenemos asimiladas
en relación al conocimiento, resulta necesario comenzar por plantearnos
interrogantes tales como ¿Qué podemos
conocer?; ¿Cómo podemos conocer?,
y es más, hasta podemos llegar a trazarnos un camino de indagación más
profunda, arribando preguntas que van más allá de las señaladas, como por
ejemplo ¿Puedo conocer? o también ¿Me es posible no conocer? Como es
posible observar, estas preguntas nos ponen frente a un horizonte de cuestiones
problemáticas sobre las cuales podemos llegar a manejar diferentes respuestas,
según sea la concepción filosófica hacia la cual nos sintamos más inclinados.
Pero entonces, si ello es así, una vez planteadas estas
cuestiones es fundamental acercarnos a dichas posturas filosóficas, para lo
cual previamente resulta preciso entender a qué nos referimos cuando hablamos
de conocimiento, y particularmente, a qué nos referimos cuando hablamos de
teoría del conocimiento.
Conocimiento
Comenzaremos por la definición de conocimiento, y para
ello nos remitiremos a la conceptualización presentada por el Diccionario de
Filosofía Herder, la cual expresa que el término “conocer” proviene del latín cognoscere:
llegar a conocer, saber, que a su vez remite al griego gignoskein: saber, reconocer. Dada la
proveniencia etimológica del término, se explicita que, desde el ámbito
psicológico, el conocimiento es el “término
final del proceso psicológico por el cual la mente humana capta un objeto. En
este sentido, es una representación que supone un proceso de conocimiento.” [1]
Por otro lado, si nos remitimos al área competente de la epistemología, por
conocimiento se entiende la “relación que
se establece entre un sujeto y un objeto, mediante la cual el sujeto capta
mentalmente (aprehensión) la realidad del objeto”, señalando a continuación
que “el proceso del conocimiento, así
entendido, constituye el objeto de estudio de la teoría del conocimiento.” [2]
Por otra parte, es importante referir a lo que se concibe
por conocimiento en la filosofía actual, y en este sentido debemos indicar que
en la misma predomina la definición de conocimiento como un “saber proposicional”, o un “saber que”. Sin embargo, no basta con
decir que el conocimiento consiste en lo señalado si inmediatamente después no
explicamos qué es lo que se pretende que se entienda a través de las
expresiones señaladas. Es por ello que debemos explicitar, por un lado qué es conocer, y por otro lado qué es saber.
Si nos remitimos nuevamente al Diccionario de Filosofía
Herder, lo primero que debemos señalar es que para que exista conocimiento, es
necesario que se den ciertas condiciones elementales, a saber:
·
S es el sujeto.
·
P cualquier enunciado que el sujeto dice saber.
Dicho en otros términos, “S sabe que P si y sólo si es verdad que P, S cree que P y, además,
S está justificado en creer que P”.
¿Qué
significa la expresión citada con anterioridad? Significa que para saber algo, es necesario que ello sea
verdad, que lo creamos y que tengamos razones para creerlo (y por lo tanto que
ninguna de estas razones sea falsa). Es por ello que podemos expresar que
entendemos por “conocimiento” una creencia verdadera justificada.
En la misma línea de pensamiento, si nos
remitimos al filósofo alemán Johannes Hessen, podemos decir que en el fenómeno del
conocimiento se encuentran frente a frente la conciencia y el objeto, o
lo que es lo mismo: el sujeto y el objeto. Por lo tanto, el
conocimiento puede definirse como una determinación del sujeto por el objeto.
Dicho lo anterior, podemos comprender la definición de conocimiento como una
creencia verdadera justificada, debido a que ello implica que un conocimiento
es verdadero si su contenido concuerda con el objeto mencionado.
- Conocer y Saber
En este momento nos abocamos directamente hacia
la distinción entre conocer y saber. Para ello señalamos que “Conocer
indica un contacto consciente con el objeto conocido a través de la experiencia
y, en concreto, de la percepción, en oposición a saber
que es un conocimiento por conceptos e ideas.” [3]
Profundizando más en la distinción aludida,
podemos señalar que saber es
exclusivo y propio del hombre, mientras que, tanto los hombres como los
animales, pueden conocer. En este
sentido, se conocen cosas y se sabe verdades o proposiciones verdaderas.
Asimismo, podemos afirmar que mientras que conocer constituye un proceso
perceptivo directo e inmediato, que se justifica por sí mismo, saber, por el
contrario, consiste en un proceso indirecto, mediato e inferencial, es decir,
sustentado en razones.
Teoría del Conocimiento
Como ha sido trabajado en clase, la teoría del
conocimiento puede también ser denominada como gnoseología. Pero ¿Qué es la
teoría del conocimiento? Pues bien, es una reflexión sobre el proceso del
conocimiento humano y los problemas que se plantean en el mismo, y
precisamente, como reflexión que es, supone una actividad de segundo orden
sobre una actividad primera que es el conocer o el conocimiento, el cual a su
vez es su objeto de estudio, pero es al mismo tiempo, una interpretación o
explicación del fenómeno del conocer, según el principio de que “nadie sabe que P, a menos que sepa también
cómo sabe que P”.
Por todo lo dicho, es que suele definirse a la
teoría del conocimiento como un estudio
crítico de las condiciones de posibilidad del conocimiento humano en general,
estudio que se encarga de dar respuesta a cuestiones tales como:
- ¿Es posible el conocimiento?
- ¿En qué consiste conocer?
- ¿Qué queremos decir cuando decimos que sabemos o conocemos algo?
- ¿Qué podemos conocer?
- ¿Podemos aprehender la realidad tal cual es?
- ¿Cómo sabemos que lo que creemos acerca del mundo es verdadero?
- ¿Afectan al conocimiento nuestros conceptos, nuestro lenguaje?
- ¿El conocimiento está influenciado por condicionamientos culturales o históricos?
- ¿Quién sabe cómo es realmente el mundo?
- ¿Qué saben los que creen conocer el mundo?
- ¿El mundo es tal y como lo vemos, oímos y tocamos?
- ¿Cómo es posible un conocimiento digno de crédito?
Johannes Hessen, en su reconocida obra “Teoría del conocimiento”, procura
presentar la esencia misma del fenómeno del conocimiento, para lo cual comienza
explicando que dicho fenómeno se basa en una relación entre un sujeto y un objeto, siendo esta dualidad una característica esencial del
conocimiento. Es importante señalar, además que, esta relación es también una
correlación, dado que no hay lo uno sin lo otro, y porque además, la presencia
de uno supone la del otro. Esta correlación se entiende como una apropiación o captación que el sujeto hace del objeto a través de la producción
de una imagen del mismo, o de una representación mental del objeto, como
resultado de una modificación que el objeto logra causar en el sujeto.
Sujeto imagen Objeto
Con respecto a la modificación aludida, debemos
señalar que la misma refiere básicamente a la percepción del objeto, en la cual
el sujeto que conoce no está simplemente pasivo y receptor, sino receptor y
espontáneo.
Los objetos conocidos, pueden ser reales – como las cosas físicas del
mundo – o pueden ser ideales – como
los números y las figuras geométricas – pero lo que tienen en común todos ellos
es el hecho de que todos son, en cuanto conocidos, independientes del espíritu
humano.
Llegados a este punto, es pertinente esbozar
cuáles son aquellos problemas principales de los cuales se ocupa la teoría del
conocimiento, según Hessen. Ahora bien, ¿Todos sabemos a qué nos estamos refiriendo
cuándo en filosofía hablamos de problemas?
La pregunta presentada, tal vez no resulte de
particular importancia si la leemos desde la óptica de lo que cotidianamente
entendemos por problema, pero es de destacar que en filosofía, la noción de
problema resulta ser de fundamental importancia, entre otras cosas, porque como
todos sabemos, la labor filosófica consiste en la búsqueda constante de
respuestas a cuestiones que generalmente no se nos muestran tan evidentes en su
solución, y que por lo tanto, suponen ciertas dificultades para llegar a la
misma.
Para explicitar qué es a lo que referimos cuando
hablamos de problema, nos remitimos a la definición que fuera esbozada por el
filósofo español Julián Marías, quien al respecto ha expresado que:
“El
verbo griego del que se deriva el sustantivo ‘problema’
quiere decir lanzar o arrojar delante. Problema significa, ante todo, algo
saliente, por ejemplo, un promontorio; de un modo más correcto, un obstáculo,
algo con que me encuentro delante; y por extensión metafórica, lo que llamamos
usualmente problema intelectual. Pero repárese en que para que algo me sea
obstáculo no basta con que esté ahí delante; también tengo delante la pared y
ésta no me sirve de obstáculo, sino de abrigo (…); para que se convierta en
obstáculo, no es suficiente su presencia ante mí: hace falta que yo necesite
pasar al otro lado, precisamente a través de ella; entonces es efectivo
obstáculo, en la forma concreta de lo que los griegos llaman ‘aporía’, es decir, falta de poro o agujero por
el que salir de una situación. Podemos decir, por tanto, que uno de los
elementos reales que integran un problema es la situación en que como tal se
constituye; y una formulación de los problemas que omita esa situación, es en
el sentido más riguroso, una formulación incompleta, abstracta y, en suma,
ficticia.” [4]
Es precisamente por la caracterización de “problema”, por la cual es posible
afirmar que:
1. Todo problema (incluso aquel que se encuentre
referido al conocimiento) hay que considerarlo en situación, no sólo a nivel del
individuo, que es quien conoce, sino a nivel de los grupos humanos que han ido
en su historia decantando sus conocimientos (en la ciencia, en el arte, en sus
valores, etc.).
2. El conocimiento no es “problema” porque por su propia índole nos aboca a la verdad, esto
es, si al conocimiento le fuera indiferente la verdad o falsedad de las cosas,
éste no sería ningún problema, pero sin embargo sabemos que generalmente a lo
que se aspira es a “alcanzar” la
verdad.
Los cinco problemas principales de la teoría del conocimiento
reconocidos por Hessen
1. La posibilidad del conocimiento humano:
¿Puede realmente el sujeto aprehender el
objeto?
2. El origen del conocimiento humano:
¿Es la razón o la experiencia la fuente
del conocimiento humano?
3. La esencia del conocimiento humano:
¿Es el objeto quien determina al sujeto o
es al revés?
4. Las formas del conocimiento humano:
¿El conocimiento es racional o puede ser
intuitivo?
5. El criterio de verdad:
¿Cómo sabemos que nuestro conocimiento es
verdadero?
A modo de conclusión de la temática, es importante detenernos en las
reflexiones que acerca de la teoría del conocimiento ha realizado el filósofo
Otto Friedrich Bolnow, las cuales se expresan de la siguiente manera:
“La
teoría del Conocimiento clásica se caracterizaba por la búsqueda de un punto a
partir del cual se pudiera construir un sistema de conocimiento y comprensión seguro
de la realidad, previa expulsión de todo lo dudoso. Sin embargo, este punto
arquimédico no existe; el hombre vive en un mundo comprendido y no tiene
sentido buscar un punto inicial que le permita reconstruir la verdad desde la
base.” [5]
– Bibliografía utilizada –
-
Bollnow, Otto
F.; “Introducción a la filosofía del conocimiento. La comprensión previa y
la experiencia de lo nuevo”; Amorrortu Editores; Bs. As.
-
Cuvillier,
A.; “Filosofía general. Metafísica”;
Editorial Alfa; Bs. As.; 1962.
-
Ferrater
Mora; “Diccionario Filosófico Ferrater
Mora”; Editorial Alianza; Madrid; 1979.
-
Frassineti De
Gallo, Martha; Salatino De Klen, Gabriela; “Filosofía:
Esa búsqueda reflexiva”; A-Z Editora; Bs. As.; 1993.
-
Gadamer,
Hans-Georg; “Verdad y Método”; Ediciones Sígueme; Salamanca; 1991.
-
Herder; “Diccionario de Filosofía”; Edición
digital; Editorial Empresa Herder, Copyright; Barcelona; 1996-1998.
-
Hessen, J.; “Teoría del conocimiento”; Editorial
Espasa-Calpe S.A., 10ª edición; Madrid, 1964.
-
Marías,
Julián; “Introducción a la Filosofía ”; Revista
de Occidente; Madrid; 1947.
-
Vargas-Mendoza,
J. E.; “Teoría del conocimiento”; Asociación
Oaxaqueña de Psicología A.C.; México; 2006. Disponible en:
http://www.conductitlan.net/conocimiento.ppt
[1] Herder; “Diccionario de
Filosofía”; Edición digital; Editorial Empresa Herder, Copyright;
Barcelona; 1996-1998.
[5] Bollnow, Otto F.; “Introducción a la filosofía del
conocimiento. La comprensión previa y la experiencia de lo nuevo”;
Amorrortu Editores; Bs. As.
[6] El filósofo mencionado será trabajado como cierre de la Unidad 1 correspondiente a “Teoría del conocimiento”, con lo cual
se pretende presentar el problema del conocimiento desde la perspectiva del
giro lingüístico acontecido en la filosofía contemporánea.
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