Prof. Antonella Mármol Vila.
Asignatura: Filosofía y Crítica de los Saberes.
Curso: 1º Bachillerato.
– ¿Qué es la Filosofía?
–
{ Introducción:
Características de la
Filosofía
1- La filosofía es un PENSAMIENTO RACIONAL: Para
reflexionar se sirve de la razón, de la argumentación; busca coherencia lógica
en la elaboración y demostración de sus tesis.
2- La filosofía es un PENSAMIENTO CRÍTICO: Busca la
verdad combatiendo mediante su crítica racional todo pensamiento dogmático e
irracional: contra el mito, la ficción, la ideología, la opinión vulgar, las
imposiciones de la tradición, los dogmas de la fe. En su lucha contra la
ignorancia, el oscurantismo y el fanatismo, la principal herramienta de la
filosofía es la razón, y su mejor aliada la ciencia.
3- La filosofía es un pensamiento
AUTÓNOMO: El filósofo piensa por sí mismo, aunque se apoye en el pensamiento de
otros, ya sea para continuarlo o para refutarlo. Por eso requiere de estudio y
esfuerzo. No es una actividad improvisada.
4- La filosofía es una
reflexión total: Su objeto de investigación son todos los saberes
disponibles del hombre, incluida ella misma. Por eso se dice que es un saber de
“segundo grado”, un saber sobre otros saberes, una reflexión sobre otras
reflexiones (es así que hay una filosofía de la religión, una filosofía de la
ciencia, una filosofía política, una filosofía del arte, etc.).
5- La filosofía es un PREGUNTAR RADICAL: Va en busca del
sentido último y total de todas las cosas (no ésta o aquélla, como en ciencia).
Va hasta la “raíz” de los problemas.
6- La filosofía no es asunto de especialistas ES UNA
DIMENSIÓN CONSTIUTIVA DEL HOMBRE: Reflexionamos sobre lo que sabemos, sobre
lo que vivimos, sobre lo que queremos.
7- La meta de
la filosofía es la sabiduría: La sabiduría es la felicidad para el
hombre, según Aristóteles. La filosofía es un camino hacia la sabiduría, camino
que nunca se completa.
El Pasaje del Mito al Logos
Vocabulario:
Mito: Narración extraordinaria
de hechos extraordinarios, generalmente referente a los orígenes del mundo. En
los mitos se recrean, a través de fábulas o ficciones alegóricas, los hechos
primordiales que, supuestamente, dan explicación y fundamento tanto a las
normas sociales como a las creencias, costumbres, etc. mediante la exposición
de la genealogía de dichas normas y funciones, o del origen o génesis del mundo
y del hombre. Generalmente van asociados a la actividad de seres sobrenaturales
o de poderes excepcionales, y permiten la justificación de valores,
instituciones y creencias, que las sociedades construyen mediante
representaciones simbólicas que generalmente expresan las características
propias de la sociedad que los engendra. Los personajes de los mitos no
pertenecen al mundo cotidiano (al tiempo o al espacio profanos), sino al mundo
de lo sagrado.
Logos: Se traduce habitualmente como razón, aunque también significa
discurso, verbo, palabra, proporción. En cierta forma, pues, significa razón
discursiva que muestra su sentido a través de la palabra. También da lugar al
término lógica que designa la ciencia del saber demostrativo. Todo cuanto está
regido por las leyes del logos o de la racionalidad es lógico, mientras que el
discurso que las infringe es ilógico o irracional. El discurso mítico es
irracional.
¿Qué fue lo que sucedió en
Grecia entre los s. VII y s. V
a.C.?
¿Por qué se pasó del mito al
logos para explicar la realidad?
Para dar respuesta a dichas interrogantes,
lo primero que debemos señalar es que entre los babilonios y los griegos, así
como entre todos los pueblos que inventan mitos cosmológicos, encontramos
narraciones acerca del comienzo de las cosas que intentan comprender o explicar
la estructura del Universo en términos de sus orígenes. Dichas narraciones se
hacen tradicionales y se conservan oralmente. Ahora bien, lo nuevo en la
filosofía griega no consiste tanto en la sustitución de los mitos por algo más
«científico», como en una nueva actitud frente a los mitos: se hacen
pasibles de una crítica racional, ya no se los acepta más como explicación del
cosmos y las cosas. La nueva actitud es la actitud crítica. Algunos empiezan a
plantear preguntas, poniendo en tela de juicio la verdad de las tradiciones
míticas. Una tradición de orden superior, racional y no mítica, sustituye la
tradicional conservación del dogma.
El comienzo de la filosofía:
Los primeros filósofos
Los denominados “primeros filósofos” son los
llamados “físicos jonios” de la Escuela
de Mileto. El primero fue THALES,
luego su discípulo ANAXIMANDRO y
posteriormente, ANAXÍMENES.
Hasta la llegada de Sócrates, en el siglo V
a.C, los primeros filósofos (se les llama también “pre-socráticos”) se
dedicaron a buscar un principio (“arché”) que sirviera para explicar
de forma racional la naturaleza (“physis”) de todas las cosas con las que el hombre se
encuentra en el cosmos (por eso se dice que se dedicaron a la “cosmología”, y
también que fueron “físicos”). Este principio, que los tres concibieron de modo
distinto, serviría para entender el mundo de forma ordenada: así como la polis
tenía sus leyes de convivencia (leyes humanas), también la naturaleza debía
regirse por leyes, aunque no humanas, sino naturales e independientes del
hombre.
La escuela jónica
La escuela jónica fue la primera escuela
filosófica (s. VI y s. V a. C.).
El “principio” para los jónicos es una
materia animada por una fuerza interior de movimiento o de transformación: por
eso se ha hablado, a propósitos de ellos, de hilozoísmo (concepción de
materia viviente).
Para TALES (640 (?)-546), eco de los
mitos orienta-les del caos acuoso originario, el principio es el agua,
sustancia móvil y fluyente de manera particular, de la cual ha emergido y es
sostenida la tierra, y toda vida y toda cosa es engendrada y nutrida por ella.
Para ANAXIMANDRO (610-546 a .C.), es lo infinito, indeterminado cualitativamente y sin límites, como el
mítico caos y quizás como aquel agitado por tempestades, en cuyo centro surgen
aquí y allá torbellinos sin número, produciendo cada uno de ellos la formación
de un mundo, por el movimiento de rotación que en la masa rodante separa y
distribuye los contrarios (raro-denso, caliente-frío, seco-húmedo), los unos
hacia la periferia, los otros hacia el centro del torbellino: esta separación
engendra la lucha e injusticia recíproca, cuyo castigo se realiza por una ley
inmanente de justicia mediante la destrucción de los opuestos y el retorno
periódico a la unidad primordial. Para ANAXÍMENES (585-528 a .C.) es el aire,
capaz de rarefacción y de condensación, y por ello generador de los distintos
elementos y, al mismo tiempo, principio de vida y de animación de todos los
seres.
Mondolfo, Rodolfo; “Breve Historia del Pensamiento Antiguo”;
5ª Edición, Ed. Losada, S.A.;
Bs. As.; 1979.